(Crítica publicada en CantabriaConfidencial en diciembre de 2006)
Dirección: Luc Besson
País: Francia y EEUU.
Año: 2006 (estreno 15 diciembre)
Género: Infantil (Aventuras)
Reparto: Freddie Highmore (Arthur) y Mia Farrow (abuela) como actores y las voces de: Madonna, David Bowie, Snoop Dog… En la versión original y Elena Anaya y Carlos Jean entre otros en la española.
Guión: Céline Garcia y Luc Besson. (En un universo creado por Patrice Garcia)
Producción: Luc Besson y Emmanuel Prevost
Música: Eric Serra
Dirección de fotografía: Thierry Arbogast
Animación CG: Pierre Buffin
Dirección de arte: Patrice Garcia y Philippe Rouchier
Duración: 102’
http://www.arthurandtheminimoys.com
UN NIÑO PARA LOS NIÑOS.
Arthur y los minimoys será posiblemente la película de animación más ambiciosa realizada jamás en Europa (con un presupuesto que asciende a los 85 millones de dolares). Y podemos comprobar que el cine occidental no aprende del japonés y sigue sin plantearse la animación destinada a un público no infantil. La película, por tanto, tiene su punto de mira en el público más joven, aunque hace algunos guiños al padre que estará sentado al lado en la butaca.
Esta película no inventa nada, coge un poco de cuentos, películas y leyendas y los mezcla para obtener un resultado cuya principal pega es la sencillez de su trama y la simpleza con la que se resuelven las situaciones comprometidas, en este aspecto es donde más lamentamos su carácter totalmente infantil. Y es que ya hemos visto muchas películas de seres diminutos(Antz, Bichos, Cariño ¿quién ha encogido a los niños, los diminutos y un largo etc…) Además para la trama nos encontramos a Excalibur, un mapa y un viaje que recuerdan al Señor de los anillos simplificados al extremo y una evolución clásica de película de aventuras.
¿Qué es lo nuevo que nos aporta? El diseño francés de la animación nos aporta un estilo diferente al de las mecas de la animación: Japón y EEUU. Un dibujo elegante y cuidado y un gran diseño de producción donde una fotografía lograda consigue una buena continuidad entre la parte real de la historia y la animada. La elección de una paleta de colores que elimina casi por completo el azul para optar por colores cálidos y mucho verde tiene gran parte de la culpa.
Luc Besson adapta así unos libros creados ya con la intención de ser cinematografiados con la efectividad que habitúa y con unos resultados previsiblemente buenos que veremos si pueden competir con las producciones exclusivamente americanas que suelen poblar los cines por estas fechas.